CARLOS FUENTES 15/09/2011
Los lectores de estas notas de prensa saben que nunca he ocultado mi simpatía por el presidente Barack Obama. Es una rareza política, cierto. Un hombre pragmático con ideas, cultura y cálculo.
No habla solo para el momento, como los malos políticos, sino para el porvenir, como los grandes estadistas
La política de impuestos no puede ser dictada por las grandes corporaciones
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El triunfo de Obama en EEUU supuso la llegada de aire fresco, generando ilusión y esperanza para todas las personas con una sensibilidad y percepción desarrollada innata, esencial en los seres humanos, que está condicionada por una cultura y sistema dominante que la tiene adormecida, y que, solo unos pocos saben manejar en beneficio propio, para mantener su poder y quién sabe, si para gobernar el mundo a su antojo, a saber con qué intenciones.
Efectivamente, las circunstancias actuales suponen un punto de inflexión de no retorno y salto a lo desconocido, donde todo está por hacer y entredicho en todos los ámbitos y localizaciones.
Evidentemente, se va a realizar un tránsito complejo lleno de dificultades y compromisos progresivos de menos a más, en especial por un reducido grupo de personas con firme voluntad, calidad y visión colectiva humana, se pongan de acuerdo y encuentren el procedimiento para aglutinar a cuantos así entiendan y sean necesarios en la puesta en marcha de las posibles soluciones antes de que la civilización embarranque descontroladamente. El Sr Obama con multitud de acciones está llevando a cabo esta revolución tranquila sin poner en riesgo el día a día, en aparente equilibrio, armonía y coexistencia con lo existente a renovar y sustituir actualmente.
El nuevo modelo socio económico en ciernes, o como quiera que se tenga que llamar, será determinante en la organización social global en puertas. Esperemos pues, que los acontecimientos positivos que aparecen, lleguen a tiempo, antes de que se desespere la inmensa mayoría de seres humanos en situación precaria e insostenible de la situación actual.
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